jueves, agosto 25, 2005

DROGADO CON GUARDAJUMO

Anoche experimenté con unos sobrecitos como los de azúcar, pero que contenían vaya usted a saber qué sustancia poderosamente psicotrópica.

Apenas toqué una de las que me ofrecía mi compañera, y comencé a alucinar agradablemente mientras escuchaba "The Wind Cries Mary" de Jimi Hendrix. El rostro de mi amiga tomaba hermosas tonalidades nacaradas y, apartando la pérdida de un poco de cabello, cobró un aspecto extrañamente hermoso. Creo que era su cuerpo lo que abracé segundos después, aunque no me atrevo a asegurarlo.

Desperté en medio del Llano venezolano, en una época imprecisa. Vestía de lino blanco, y al intentar incorporarme comprobé que me habían atado. Comparé mentalmente mi situación con la de Gulliver, y sonreí.

Entonces se dirigió a mí el terrible Guardajumo. Con cortesía, y escoltado por dos de sus acólitos, me explicó con delectación de artista cómo encontraba una por una las monedas de oro y plata que el gringo dueño de la pulpería quiso esconder ingenuamente. Antes de hacer saltar una cerradura o de levantar un tapete me preguntaba "¿Entonces catire, tú crees que haya algo aquí?" para reírse luego de mis torpes predicciones.

El amanecer me perdonó la vida.

1 Comments:

Blogger Martín said...

Ya lo creo, no lo había pensado, Buti podría ser Bastian, no le queda mal.

05 septiembre, 2005 12:09  

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