domingo, diciembre 03, 2006

CETACEO




En realidad, mi cama no es una cama. Mi cama es una ballena.

Cuando me acuesto escucho su respiración, el retumbar del aire en las catacumbas de su cuerpo. Sube y baja lentamente, y me arrulla. A veces dudo si aún respira, me quedo quieto y atento, mirando fijamente la línea que la luz verde de mi lámpara dibuja sobre la pared blanca, hasta que encuentro el ondular casi imperceptible que demuestra que mi lecho es un cetáceo.

Entonces duermo, y me ahogo.